Desde hace varias décadas, existen claras evidencias de que el entrenamiento con sustancias odoríferas puede mejorar la función olfatoria.
El entrenamiento del olfato mediante clasificación de los olores con nombres apropiados refuerza la asociación entre los olores y sus denominaciones, facilitando la identificación y la discriminación precisas de los mismos. La experiencia o entrenamiento con olores específicos mejora la discriminación al forzar a los sujetos a prestar atención a las características distintivas o categóricas de un estímulo, lo que conduce a una representación perceptiva mejor definida.
ENTRENAMIENTO OLFATIVO EN PROFESIONALES DEL OLFATO
Existe la creencia popular de que los enólogos, perfumistas, sumilleres y críticos gastronómicos profesionales poseen un sentido del olfato superior a la normalidad. De hecho, hay evidencias de que los enólogos expertos en vino muestran una precisión mayor que los novatos para identificar el olor de un vino cuando se les da una serie de alternativas.
En una investigación publicada en 2010, nuestro grupo comparó las habilidades olfativas de enólogos con las de controles sanos no entrenados mediante una olfatometría que había sido validada previamente para esta población. Los enólogos tuvieron una mayor capacidad para identificar (no así para detectar), correctamente los olores que la población sana no entrenada. Este estudio confirma que el desempeño olfativo es facilitado por el aprendizaje perceptivo. La falta de superioridad de los enólogos sobre los controles en la detección olfativa podría explicarse por el hecho de que la detección es puramente sensorial y por lo tanto no se altera con el entrenamiento, mientras que la identificación es una tarea cognitiva susceptible de ser mejorada con el aprendizaje.
ENTRENAMIENTO OLFATIVO EN PACIENTES CON PÉRDIDA DEL SENTIDO DEL OLFATO
Dado que existen claras evidencias de que el entrenamiento con sustancias odoríferas puede mejorar las funciones olfatorias cognitivas en individuos con olfato normal, existe la posibilidad de que este tipo de tratamiento sea eficaz en pacientes con pérdida del olfato.
En 2009, Hummel y cols. describieron que la exposición repetida a 4 olores diferentes (rosa, eucalipto, clavo y limón) durante tres meses en pacientes con hiposmia de diferente origen (postraumática, posinfecciosa o idiopática), aumentó la función olfativa en aproximadamente un 30% de los sujetos que recibieron entrenamiento en comparación con quienes no lo hicieron. Desde entonces, sobre todo en Europa, otros estudios también han observado que el entrenamiento con odorantes puede mejorar la función olfativa en pacientes con pérdida del olfato posvírica, postraumatismo cerebral agudo o por Enfermedad de Parkinson, e incluso podría prevenir la pérdida del olfato asociada a la edad avanzada.
Dos meta-análisis recientes analizaron la evidencia científica disponible hasta la actualidad y concluyeron que el entrenamiento olfativo puede ser efectivo para el tratamiento de la pérdida del olfato de múltiples etiologías.
La duración del entrenamiento debe ser de al menos 18 semanas y deben utilizarse olores de alta intensidad.
CONCLUSIONES
· La experiencia o el entrenamiento con olores específicos mejora las habilidades olfativas de personas sanas y de pacientes con pérdida del olfato.
· El entrenamiento olfativo es la única terapia que ha demostrado ser beneficiosa en algunos pacientes con pérdida del olfato posviral, posinfecciosa, postraumática o idiopática.
· El entrenamiento olfativo puede ser ofrecido a todos los pacientes que acuden a nuestra consulta por pérdida del olfato de diferentes causas, debido a su inocuidad y facilidad de uso.